Cada vez que se plantea un proyecto que tenga que ver con el parque Miguel Lillo suele surgir en Necochea el debate entre quienes exigen el mayor de los cuidados en el tratamiento del espacio público y el entorno natural y quienes parecen querer arrasarlo en nombre de cualquier idea de progreso imprecisa.
En el medio los vecinos más reaccionarios (que suelen querer llevarse puesto todo con tal que se haga algo porque "en Necochea nunca se hace nada") suelen acusar a los proteccionistas de no hacer nada por el parque y de no encargarse realmente del problema, en una acusación esteril que apunta mas a desacreditar a los proteccionistas que a proponer alguna clave de solución a los problemas.
Pues bien, esa diatriba ya no tendría mayor razón de ser en virtud de la puesta en funcionamiento de la Mesa de Concenso del Parque Miguel Lillo, donde agrupaciones ambientalistas en conjunto con las direcciones municipales Forestal y de Guardaparques están promoviéndo actividades en las que ambos sectores tienen la oportunidad de mostrar su amor y aprecio por el lugar contribuyendo activamente con trabajo físico.
Este viernes la mesa lanzó una convocatoria para este domingo por la mañana, cuando realicen la segunda jornada de plantación de especies abierta a toda la comunidad.
"En esta oportunidad, el objetivo principal será fijar las dunas, una acción clave para la protección del ecosistema costero", informó la Comuna en un reporte de prensa. "Para ello se plantarán tamariscos, formios y senecios, especies especialmente seleccionadas por su resistencia y capacidad de adaptación al terreno, lo que permitirá consolidar el frente marítimo y asegurar la conservación del parque", agregó el comunicado.
La convocatoria es para este domingo 28 de septiembre a partir de las 10 de la mañana en el complejo Karamawi, en Avenida 2 y Pinos del Japón, donde vecinos, familias y voluntarios podrán sumarse a la plantación de nuevas especies. Los organizadores recomiendan llevar guantes y bolsas para colaborar en las tareas de reforestación y limpieza