08/11/2025 - Edición Nº332

Sociedad

Agitan el fantasma de un fraude en Argentina: Las redes sociales ardidas con incredulidad por el resultado de las elecciones

30/10/2025 09:54 |



Tras el impacto inicial, gradualmente, y como se ve cada vez con más frecuencia, en redes sociales comenzaron a florecer toda clase de explicaciones, análisis y teorías conspirativas acerca del reciente resultado en las elecciones legislativas del domingo pasado, mostrando una incredulidad que encuentra sustento en la oposición diametral entre el clima preelectoral y el resultado final.

Videos virales se empezaron a reproducir de inmediato, vinculando varios factores que sumaron a la sensación de incredulidad inicial una serie de argumentos que no tienen cabida en los medios de comunicación mainstream. Una vez más, a través de las redes sociales comenzaron a difundirse lecturas personales y de militantes que mencionan elementos que el statu quo de la política y los mass media no ofrecen.

Con millones de reproducciones, las imágenes tejen un relato que tiene su verosimilitud más sustentada en lo que se mantiene oculto y lejos de la mirada pública que lo que se sabe. Como Javier Milei se ha declarado literalmente un "topo" para destruir el Estado y ha mostrado un pleno desprecio con la institucionalidad, las sospechas previas empezaroin a tomar cuerpo en las teorías conspirativas.

Según estas lecturas, el gobierno podría haber manipulado los resultados a través de un entramado por el cual una empresa vinculada a banqueros del JP Morgan habría sido contratada de manera oscura por el Correo Argentino controlado por Mauricio Macri para participar en el proceso electoral. Los resultados que brindó la compañía (dedicada a servicios militares) en otros países habrían sido cuestionados en el pasado, por lo que su presunta participación en Argentina (coincidiendo con la visita de los banqueros y las declaraciones de Donald Trump) engorda el caldo.

El portal La Raíz Online publicó este miércoles un video en Instagram vinculando todos los datos:

Esta clase de miradas suele producirse en sociedades polarizadas donde las contraposición de posturas es tan radical que la desinformación y la circulación de discursos sesgados habilita interpretaciones tendenciosas a uno y otro lado de las contiendas. A pesar de lo verosimiles que pudieran  resultar estas versiones, la resistencia del statu quo a considerarlas por la falta de pruebas (que como toda teoría de conspiración, se basa en algún punto oscuro imposible de contrastar en un relato) mantiene esta narrativa lejos del "mainstream" mediático, dejando todo en el terreno de las redes sociales, donde florece la creatividad más que el rigor histórico.

Si el resultado es cuestionado, los libertarianos no se pueden quejar: después de todo, fue con esa forma de comunicación blanda que La Libertad Avanza alcanzó el gobierno y sostiene y crea su discurso. Previo a las elecciones varios periodistas oficialistas en grandes medios de comunicación salieron a agitar un supuesto temor del propio gobierno a que hubiera un fraude electoral. Luego de la victoria de LLA, esas versiones se esfumaron y cambiaron de bando.

¿Por qué pasa esto?

Cada proceso electoral en el mundo parece venir acompañado de un fenómeno paralelo: la proliferación de teorías de la conspiración. Desde supuestos fraudes digitales hasta manipulaciones de urnas y pactos secretos entre candidatos, estos relatos alternativos se multiplican en redes sociales y grupos de mensajería, generando confusión y desconfianza en los resultados.

Los especialistas coinciden en que este comportamiento se intensifica por una combinación de factores: el clima de polarización política, la sobreabundancia de información y la falta de confianza en las instituciones. Según estudios recientes en psicología política, las teorías conspirativas ofrecen a muchas personas una sensación de control o comprensión frente a situaciones complejas y opacas, como la mecánica del conteo de votos o la logística electoral.

A esto se suma el papel de las redes sociales, donde los algoritmos amplifican los contenidos emocionales y polémicos, favoreciendo la viralización de mensajes sin verificar. Las fake news, los videos manipulados y los discursos de líderes que siembran sospechas antes y después de las elecciones refuerzan la percepción de que “algo raro” ocurre tras bambalinas.

En definitiva, las teorías de la conspiración florecen en los procesos democráticos porque canalizan la ansiedad colectiva ante la incertidumbre y explotan la brecha entre la ciudadanía y el sistema político. En un contexto de desconfianza generalizada, creer en una conspiración termina resultando, para muchos, más sencillo que aceptar la complejidad de la democracia moderna.

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