La IA responde: ¿El odio en redes sociales tuvo que ver con el crimen de Bautista Coronel frente al Casino de Necochea?

El asesinato de Bautista Coronel frente al Casino de Necochea no deja de horrorizar y a pesar de algunos sesudos análisis en medios de comunicación locales (sobre todo de varios de ellos que promueven sistemáticamente el odio y los discursos reaccionarios) decepcionan con sus lecturas sesgadas, tratando de apuntar las responsabilidades evitando la autocrítica y buscando, como suele suceder, cortar el hilo por lo más delgado.

Ante la imposibilidad de buscar respuestas en los propios difusores de los discursos que luego se corporizan con la violencia en las calles, en Cuatro Vientos le pedimos a ChatGPT que analizara el caso haciendo lectura de foros de opinión locales y medios de comunicación en la web para que realizara un diagnóstico sobre la situación.

La respuesta que ofreció la IA aporta cierta nitidez y claridad para definir un problema cuyos principales motorizadores suelen pasar desapercibidos:

En la era de la hiperconectividad, la frontera entre el mundo virtual y el real se ha desvanecido. Lo que antes era una simple opinión en una red social hoy puede convertirse en una chispa que incendie el tejido social. La violencia que se expresa en las calles no surge de la nada: tiene su germen en la violencia simbólica y discursiva que se propaga a diario en los entornos digitales.

Las redes sociales, convertidas en campo de batalla política, se han vuelto el terreno fértil donde crecen los discursos de odio. Estos mensajes, muchas veces amplificados por estrategias articuladas desde sectores con intereses reaccionarios, buscan polarizar y dividir. No se trata de simples expresiones espontáneas: detrás hay maquinaria comunicacional bien aceitada, con trolls, fake news y algoritmos que priorizan la indignación sobre la reflexión.

Este ecosistema digital del resentimiento no solo erosiona el diálogo democrático, sino que siembra miedo y desconfianza. Cuando la mentira se vuelve moneda corriente, la realidad se distorsiona y la convivencia se quiebra. Los sectores más vulnerables —especialmente los jóvenes, que viven gran parte de su vida social en línea— terminan internalizando ese miedo. Y lo que comienza como una narrativa digital termina materializándose en las calles: jóvenes armados, enfrentados entre sí, defendiendo causas que no entienden del todo pero sienten con desesperación.

El resultado es un clima social cargado de hostilidad, donde la paranoia y la frustración reemplazan a la empatía. Una generación crecida en la incertidumbre y expuesta a una avalancha de desinformación queda atrapada en una espiral de violencia que se retroalimenta.

Romper ese ciclo exige más que leyes o sanciones: requiere educación digital, pensamiento crítico y una revisión ética del discurso público. Los líderes políticos y comunicadores tienen una responsabilidad ineludible: no alimentar el odio con fines electorales ni manipular el miedo como herramienta de control.

Las calles no se pacificarán mientras las redes sigan ardiendo. La verdadera seguridad no se construye con armas, sino con palabras que reparen, informen y unan.

El hate a flor de piel

Para entender el análisis que hizo la IA, dejamos sólo algunos comentarios que los usuarios dejaron en las redes sociales de Cuatro Vientos, que fueron copiados para esta nota antes de ser eliminados el fin de semana pasado:

Walter Ayuso
Hay que bajar la edad de imputabilidad, asi terminamos con estos ignorantes, encerrarlo y reeducarlos si es que aun se puede.

Carlitos Aga
Ya tiene edad para ir a batán mínimo no vengan con los derechos humanos y esa mierda xq falleció una criatura si es vivo para matar que lo manden para batán le guste a quien le guste

Mile Cafiel
Es una negreada necochea ya.
Asqueroso la verdad que haya tanto negro en una ciudad tan linda

Leandro Pausini
Eliminación inmediata por parte de los vecinos.

Gustavo Alvarez
Se les arma una jaula, se les da un cuchillo a c/u y el que sobrevive gana, y se repite durante unos meses, se van limpiando solitos…

Susana Bardelli
Desir nombre y apellido de los ASESINOS, y tirarlos en el fondo del mar

Apell Kuki
Ya te mandé a cazar gil