Un reciente estudio publicado por el Instituto Tecnológico de Buenos Aires (ITBA) reveló que al menos dos pozos de agua en Necochea contienen niveles de arsénico que deben ser revisados para determinar si están enfermando a vecinos.
El ITBA presentó el "Mapa de Arsénico" que abarca una extensa cantidad de localidades argentinas definiéndolo como "una herramienta esencial para monitorear la presencia de arsénico en el agua de diversas regiones del país". El instituto señaló que "la ingesta sostenida en el tiempo de aguas contaminadas con arsénico incrementa el riesgo de padecer un cuadro clínico tipificado como Hidroarsenicismo Crónico Regional Endémico (HACRE)".
Esta enfermedad, causada por la ingesta prolongada de agua contaminada con arsénico, se caracteriza por lesiones en la piel (como hiperpigmentación e hiperqueratosis), problemas respiratorios, y puede llevar al desarrollo de diversos tipos de cáncer y otras afecciones sistémicas (como problemas cardíacos, neurológicos, hepáticos y renales).
"Su falta de tratamiento genera patologías como el cáncer de pulmón, cáncer de laringe, tos crónica y/o persistente y fibrosis pulmonar", indicó el ITBA en la presentación de su informe. El HACRE es un problema de salud pública en algunas regiones de Argentina y otras partes del mundo debido a la presencia natural de arsénico en el agua subterránea.

En Necochea el mapa refleja que al menos dos pozos de los revisados tienen niveles de arsénico que deben ser revisados: de acuerdo al informe, uno de los pozos está en Avenida 43 a la altura de la calle 102 y el otro está en la manzana comprendfida entre calles 71 y 73 y calles 66 y 68. El primero registra un nivel de 29 ppb de arsénico y el segundo, 31,86 ppb.
Según el estudio, ambos entran en una categoría de "Precaución" (entre 10 y 50 ppb) y se deben completar estudios para decidir si consumiendo agua con estos valores se aumenta la posibilidad de desarrollar cuadros de enfermedades como el HACRE. Las muestras fueron hechas en 2012 y 2014.
Un tercer pozo, ubicado en el mapa en Barrio Norte (74 y 43), muestra niveles aceptables de arsénico (menos de 4 ppb) y no representa un peligro. Todos los pozos son gestionados y mantenidos por la Municipalidad de Necochea y proveen agua al sistema de provisión de red pública.
Para ampliar toda la información disponible, el ITBA invita a los vecinos a enviar sus muestras de agua para su análisis. "Si sospechas que tu agua puede tener arsénico, podes acerca una muestra en una botella plástica chica de agua mineral con el agua pueden entregarse en Iguazú 341 (CABA) entre las 8 y 18 hs remitidas al LIQMA con nombre y apellido y habiendo previamente completado el siguiente formulario", señaló el instituto.
El informe revela que en el sudeste provincial la localidad de Tres Arroyos presenta la mayor cantidad de muestras y de problemas. De 12 pozos mensurados en esa loicalidad, tres deberían cerrarse y los 9 restantes deben volver a ser revisados. En localidades como Copetonas los dos pozos están muy contaminados, con 138 y 71 PPB en cada uno.
Con más de 50 ppb el ITBA recomienda "no consumir para ingesta directa y cocción de alimentos y reemplazar por otra fuente de agua segura".
Localidades vecinas como Lobería, San Cayetano, Adolfo González Chávez o Benito Juárez no presentan muestras, aunque en Balcarce y Miramar la revisión de algunos pozos debería continuarse. Lo mismo sucede con prácticamente todos los pozos analizados en Mar del Plata.
Lesiones en la piel: El consumo prolongado puede provocar manchas oscuras, áreas de piel engrosada y lesiones precancerosas. Esto sucede porque el arsénico se acumula en los tejidos cutáneos y altera el funcionamiento celular.
Mayor riesgo de cáncer: Está científicamente comprobado que la exposición crónica al arsénico puede causar cáncer de piel, pulmón, vejiga, riñón, hígado y próstata. El efecto se debe al daño que produce en el ADN y a la alteración prolongada de los ciclos celulares.
Problemas cardiovasculares: El arsénico altera las paredes de los vasos sanguíneos y aumenta la inflamación, lo que eleva el riesgo de hipertensión, aterosclerosis e infartos.
Daño neurológico: Puede afectar el sistema nervioso, provocando pérdida de memoria, problemas de aprendizaje, reducción en la coordinación y neuropatías. En niños, puede afectar el desarrollo cognitivo y el rendimiento escolar.
Alteraciones hepáticas y renales: Los riñones y el hígado, encargados de filtrar toxinas, pueden sufrir daños por la acumulación del arsénico, reduciendo gradualmente su funcionamiento.
Trastornos gastrointestinales: Náuseas, dolor abdominal, diarrea y vómitos pueden aparecer tras exposiciones agudas o crónicas.
Debilitamiento del sistema inmune: Puede alterar la respuesta inmunológica del organismo, aumentando el riesgo de infecciones y reduciendo la capacidad del cuerpo para defenderse.