El Gobierno presentó su proyecto de reforma del Código Penal: Endurecimientos de penas y un "giro de doctrina"

Manuel Adorni y Patricia Bullrich presentaron este lunes, en Casa Rosada, el proyecto de reforma del Código Penal que impulsa el Gobierno Nacional y que tratará de aprobar en sesiones extraordinarias. Será una de las iniciativas que marcará la estrategia legislativa del oficialismo con la nueva conformación de las Cámaras.

En el inicio de la presentación, Adorni lanzó: “Un proyecto de país en serio necesita trascender la libertad del gobierno de turno; que las políticas de seguridad estén talladas en piedra”. Y agregó que esta reforma busca ordenar un sistema “dominado por la barbarie”. Además, hizo énfasis en el cambio de doctrina, resaltando que el nuevo Código Penal “pone fin a la doctrina zaffaronista”.

En su discurso, la futura presidenta del bloque de La Libertad Avanza en el Senado, dijo que el Congreso tendrá “una misión histórica”, haciendo referencia al tratamiento de esta ley. Para Bullrich, el texto tiene como objetivo revertir una lógica que benefició “a los delincuentes, violadores y asesinos”. “A partir de ahora, los favorecidos van a ser la sociedad y las víctimas”.

Entre los puntos salientes de la reforma del Código Penal, se destacan los cambios en homicidios, que elevan la pena máxima del homicidio simple a 30 años y fijan perpetua para casos agravados, como magnicidio o asesinatos de docentes en función, niños y adultos mayores. También se suman agravantes para crímenes cometidos en estadios, escuelas o cárceles.

Asimismo, se endurecen las sanciones para lesiones por conducción imprudente, abuso en el uso de armas, pornografía infantil, trata de personas, grooming, robos bajo la modalidad de “motochorros”, estafas piramidales y usurpaciones, que podrán tener penas de hasta 10 años. Se incorpora además el “stealthing” y el acoso sexual en ámbitos laborales o educativos.

En el caso de la legítima defensa, se cambia en el proyecto su presunción a favor de quien se defiende y la ampliación del rol de las víctimas en todo el proceso. Además, cuando un condenado obtenga salidas transitorias o cumpla su pena, la primera persona notificada será la víctima.

Además, el texto contempla declarar imprescriptibles delitos como homicidio agravado, abuso sexual en todas sus variantes, narcotráfico, terrorismo, trata y corrupción. En paralelo, propone penas más altas para enriquecimiento ilícito (hasta 15 años) y para coimas (hasta 10 años). Ahí se integra el aporte del secretario de Justicia, Sebastián Amerio, quien planteó que esta reforma marca un quiebre.

Amerío también aclaró que, con la actualización del sistema, el 82% de los delitos tendrá cumplimiento efectivo, ya que se elevan los mínimos y se reducen las posibilidades de acceder a condenas condicionales o liberaciones anticipadas. Según el funcionario, esto responde a un reclamo social que ya no acepta que un condenado recupere la libertad al poco tiempo.

El Gobierno quiere que el debate en el Congreso avance rápido y busca repetir el mecanismo bicameral utilizado para el Código Civil y Comercial. Si obtiene aval político, el nuevo Código Penal se convertiría en la reforma penal más grande en más de un siglo, en un contexto donde el oficialismo insiste en que combate la inseguridad con una nueva doctrina estatal.