Vino con sandía: ¿Mata o mito?

Hay una creencia instalada sobre las consecuencias negativas, incluso fatales, de tomar vino si se come sandía. La combinación no sólo no es mortal, sino que puede tener efectos afrodisíacos.
jueves, 30 de enero de 2014 · 13:31

NECOCHEA (Cuatro Vientos) - Desde el entumecimiento del estómago hasta un envenenamiento de la sangre por reacciones químicas. Todo eso puede pasar luego de tomar vino con sandía, según la creencia popular. En ambos casos, según algunos, el resultado sería fatal.

El efecto de la mezcla, sin embargo, está lejos de la muerte. Así lo explicó Facundo Di Génova, autor del libro "El barman científico” de la colección Ciencia que Ladra: "El vino no sólo tiene alcohol etílico sino que tiene glicerina, la sandía un aminoácido L-arginina, que es vasodilatador en el ser humano. En el estudio de este aminoácido unos científicos que ganaron el Nobel dieron con el origen del Viagra, de alguna manera, la sandía tiene el principio activo del Viagra".

Por esto, "la sandía con vino no sólo no te mata, sino que encima promueve el sexo", concluyó Di Génova.

Una explicación para los inicios del mito es que al meter un trozo de sandía en un vaso de vino, la fruta se endurece. La creencia entonces sería que al ingerir ambos productos juntos, la sandía se endurecería en el estómago.

"El estómago es un medio diferente a un vaso. Tiene ácido, tiene pepsina, tiene todas las sustancias necesarias para que nosotros podamos digerir adecuadamente los alimentos. Por eso es que el ser humano puede comer cosas tan variadas”, analizó Henry Cohen, presidente de la Organización Mundial de Gastroenterología.

El también director de la Clínica de Gastroenterología del Hospital de Clínicas de Uruguay coincidió en que se trata de un mito, y agregó que "por supuesto, si te comés una sandía entera y te tomás dos litros de vino en pleno verano te puede caer mal, pero seguramente tampoco te vas a morir, y tampoco va a explotar nada dentro de tu abdomen”.

Otro origen posible para el mito remite a una ola de violaciones en un monasterio del siglo XIX, donde el clero apuntó al resultado de esta mezcla y la condenó. El que juntara vino con sandía sería enviado al infierno, lo que con el tiempo derivó en que quien hiciera esa ingesta moriría. Pese a estas explicaciones, no hay certezas sobre cuál fue el origen ni la época en que empezó el mito.

Lo cierto es que lejos de estas ideas, existen tragos que juntan los elementos supuestamente prohibidos y nocivos: hay quienes realizan sangría con la sandía, o incluso producen un vino derivado de esta fruta.

 

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