Cada vez más personas utilizan plantas con propiedades curativas

lunes, 10 de junio de 2019 · 15:51

La farmacología es una de las disciplinas de la ciencia que intentan encontrar la solución (y en algunos casos, erradicación) de enfermedades y malestares corporales. Es casi inevitable que acudamos a alguna de ellas para poder continuar nuestro ritmo de vida cotidiano. Hay quienes confían en métodos alternativos para solucionar sus problemas de salud, pero muchos de ellos no tienen buena prensa o aceptación.

A diferencia de la medicina holística, que carece de fundamentos científicos, la farmacología alternativa cuenta con respaldo científico para demostrar sus propiedades curativas. Algunos de los productos más reconocidos de la industria farmacéutica provienen de la misma naturaleza: La aspirina es sintetizada desde el ácido acetilsalicílico que se encuentra en la corteza del corteza del sauce blanco, la penicilina fue descubierta en el medio de una investigación de cultivos bacterianos y la morfina es extraída de las amapolas.

Pero hay otras plantas que suelen utilizarse medicinalmente sin que pasen por el filtro de la industria farmacéutica. Ya hace años que se está discutiendo las propiedades curativas del cannabis, conocida por ser la planta donde proviene marihuana. A pesar del estigma social que tiene esta droga, está comprobado que se puede sintetizar de diferentes maneras y el año 2003, la FDA (la Administración de Alimentos y Medicamentos de los Estados Unidos) está estudiando los múltiples usos que tiene esta planta. Los dos productos que se obtienen de esta planta son el aceite de cannabidiol (CBD) y el aceite de cáñamo. Ambos tienen propiedades
diferentes; El primero se extrae de la planta de cannabis y funciona como ansiolítico, analgésico, neuroprotector, antiinflamatorio y previene enfermedades coronarias. El segundo se extrae de las semillas y es rico en potasio, magnesio, fósforo y vitaminas B1, B2 y E, por lo cual sirve como un suplemento nutricional.

Si bien se la conoce como una especia para darle sabor picante a las comidas y la producción de Ginger Ale, el jengibre es otra de las plantas que más se utiliza con fines medicinales fuera de la farmacología industrial. Algunos de sus propiedades terapéuticas que tiene su raíz son aplicadas para tratar el colesterol alto, el estreñimiento, la artritis reumatoidea, la diabetes, el asma y, en algunos casos, cierto tipos de cáncer. Masticarlo puede ayudar a aliviar la indigestión y servirlo como té ayuda a disminuir los  síntomas gripales que suele aparecer en los meses de invierno.

El Aloe Vera es una de las plantas con más usos curativos, por lo cual no es extraño que sea utilizada en cremas, ungüentos o incluso en cápsulas como suplemento medicinal. Se lo suele utilizar como bálsamo para picaduras de mosquito o quemaduras solares, se lo utiliza como tratamiento para la psoriasis y además de todo contiene propiedades analgésicas, cicatrizantes, antisépticas, antibióticas, coagulantes e hipocolesterémicas, entre muchas otras. 

Utilizar algunas de estas plantas no significa suspender un tratamiento médico ni reemplaza a medicamentos recetados por profesionales de la salud calificados. Tal vez en un futuro cercano podamos ver más medicamentos derivados de ellas, pero por el momento podemos utilizarlas de esta manera.

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