17 al 23 de Mayo: Semana Mundial del Parto Respetado

lunes, 18 de mayo de 2020 · 11:50

En un comunicado bajo el título "Mi decisión debe ser respetada", el grupo "Encuentros del buen nacer" difundió la Semana Mundial del Parto Respetado, brindando información acerca de las leyes que amparan personas gestantes y su descendencia y rechazando la violencia obstétrica:

Desde el año 2004, en el mes de mayo, se celebra la Semana Mundial del Parto Respetado. Durante estos días se busca difundir los derechos de las personas gestantes en relación al proceso de embarazo, parto y puerperio, así como visibilizar y desnaturalizar la violencia obstétrica, haciendo hincapié cada año en un tema en particular. Este año el lema es “Mi decisión debe ser respetada”. 

En Argentina contamos con leyes nacionales que amparan nuestro derecho a decidir sobre nuestros partos y los nacimientos de  nuestros hijes, estas son: la ley N°25.929 de Derechos de Padres e Hijos durante el Proceso de Nacimiento, conocida como la ley de Parto Respetado, la Ley N°26.485 de Protección Integral para Prevenir, Sancionar y Erradicar la Violencia contra las Mujeres en los Ámbitos que desarrollen sus Relaciones Interpersonales y la Ley N°26.529 de Derechos del Paciente en su Relación con los Profesionales e Instituciones de la Salud. Tenemos derecho de estar acompañadxs todo el tiempo por la persona que queramos, a que no nos separen de nuestro bebé, a recibir información sobre toda práctica a realizarse sobre nosotres o nuestros hijes, a no ser infantilizadas ni juzgadas y a la libertad de movimiento durante el trabajo de parto, entre otros. Nuestras decisiones deben ser respetadas y todo maltrato ejercido por el personal de salud hacia las personas gestantes, como el aislamiento, las amenazas, la infantilización, la realización de prácticas sin consentimiento previo, constituyen actos de violencia obstétrica y deberían ser denunciados.

En el contexto singular de pandemia por COVID-19 en el que estamos, la OMS y el Ministerio de Salud de la Nación recomiendan, tomando las precauciones necesarias, hacer valer estos derechos. La pandemia no debe usarse como excusa para vulnerar las necesidades de las personas gestantes y de sus familias.

Como usuaries de los servicios de salud de las maternidades públicas y privadas, sabemos que en muchos casos nuestras decisiones no son respetadas, mucho menos son escuchadas y tenidas en consideración. También sabemos que no todes contamos con la misma información, ni con las mismas posibilidades de elegir. Es por esto último, que necesitamos contar con profesionales competentes en acompañamientos respetuosos de nuestros procesos sexuales y reproductivos. Profesionales que regulen sus prácticas en función tanto de los lineamientos y recomendaciones internacionales, como de la legislación vigente, para de esta manera lograr partos en donde prime el respeto hacia los procesos fisiológicos y a las decisiones de las familias. Esto permitirá que las personas por parir y sus hijes tengan una experiencia emocional, psicológica y socialmente acorde a sus expectativas y derechos, facilitando en esta nueva etapa la conformación de un vínculo amoroso y saludable entre el recién nacide y su familia.

Poco se habla sobre que el parto es un hecho sexual, involuntario, y que, a semejanza de un orgasmo, es necesario que estén dadas ciertas condiciones hormonales, psico-emocionales y ambientales para que se desencadene, y que requiere de intimidad y respeto de los tiempos de cada cuerpo y de las decisiones de su protagonista.  Han sido las parteras o comadronas tradicionales las que durante muchas generaciones se han formado empíricamente para acompañar los procesos reproductivos desde una perspectiva fisiológica y centrada en la persona gestante, y son las que han quedado relegadas con el advenimiento del modelo médico hegemónico desde mediados del siglo XVIII. 

Este modelo, basado en una ciencia occidental, donde los partos son atendidos en hospitales o clínicas, a cargo de médicxs obstetras o de parteras, que responden a los parámetros de dicho sistema y que en muchos casos tienen un enfoque centrado en las posibles patologías. Este tipo de atención ha llevado, en gran parte, a la implementación de una serie de intervenciones, que con la intención de prevenir o evitar un probable inconveniente, interrumpen o inhiben los procesos fisiológicos que permiten que un parto se desarrolle con normalidad, resultando en partos totalmente dirigidos, altamente intervenidos y medicados, que en varias ocasiones culminan en una cirugía mayor, aumentando de este modo la morbi-mortalidad materno infantil. Por todo esto cada vez más personas en todo el mundo eligen tanto partos planificados en domicilio como en casas de parto, que son espacios ideales en tanto se cuenta con la asistencia de matronas y con la compañía de personas de confianza de la persona gestante. También son ambientes idóneos para un trabajo de parto: íntimos, con luces bajas y elementos para favorecer el movimiento y las posturas deseadas.

Históricamente las mujeres y las identidades feminizadas hemos luchado para que nuestras decisiones se respeten, y los derechos conquistados han sido frutos de esas acuerpadas luchas. Como personas con capacidad de gestar, reclamamos el derecho a decidir interrumpir o continuar con un embarazo, tanto como dónde, cómo y con quién parir, y que nuestras decisiones sean respetadas. 

Si la elección es parir en una institución, existe una herramienta fundamental para hacer valer nuestros derechos: el PLAN DE PARTO. Este documento sirve para dejar asentados nuestros deseos, preferencias y necesidades en relación al trabajo de parto, al parto o cesárea, al nacimiento y al postparto. 

Podemos elegir continuar con una gestación o no. Podemos elegir tener un parto vaginal después de una cesárea o podemos decidir tener una cesárea respetuosa. Podemos planificar un parto en domicilio. Podemos Parir con Placer. Podemos tener un buen nacer para nuestros hijes. 

Informate, consultá. Armá tu plan de parto. Tu Decisión Debe Ser Respetada.

Si esto no ocurre o tus decisiones no fueron respetadas, DENUNCIÁ. La violencia obstétrica ES VIOLENCIA DE GÉNERO. Llamá al 144 o a la línea de Salud Sexual y Reproductiva (0800-222-344), comunicate con la CONSAVIG o con la Defensoría del Pueblo de la Nación: http://www.dpn.gob.ar/denunciasVO.php.


Encuentros del Buen Nacer 
Necochea - Quequén

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