Emotiva carta del hermano de Santiago Maldonado, desaparecido durante la represión a los Mapuches

Desde hace una semana se encuentra desaparecido el joven platense Santiago Maldonado, quien estaba de paso por una comunidad mapuche que fuera reprimida y desalojada por Gendarmería en la localidad de Cushamen, Chubut el pasado 1 de agosto.

La búsqueda del joven, que ya es considerado el primer desaparecido en democracia durante el gobierno de Mauricio Macri, ha levantado reacciones inmediatas de diferentes organizaciones de derechos humanos.

El secretario de Derechos Humanos, Claudio Avruj, aseguró este domingo que el gobierno nacional sigue con "preocupación y ocupación" la búsqueda de Maldonado.

"El gobierno, a través del Ministerio de Seguridad, está habilitando todos los sistemas de búsqueda para hallarlo", sostuvo el funcionario al ser consultado por radio El Mundo sobre la situación.

"Ayer intercambiamos información con el CELS sobre esto. Esperamos que haya una pronta respuesta para saber qué pasó con esta persona", agregó. El Centro de Estudios Legales y Sociales presentó días atrás un reclamo ante la justicia para determinar qué ocurrió respecto de la desaparición del joven.

Por su parte la primera candidata a senadora por la provincia de Buenos Aires por Unidad Ciudadana, Cristina Kirchner, compartió en redes sociales haber dialogado con Sergio Maldonado y Andrea, su pareja.

La ex presidenta opinó a través de la publicación que "el gobierno nacional de quien depende Gendarmería, tiene la obligación de informar dónde está Santiago y la responsabilidad de su aparición", antes de subrayar en sintonía con el hermano del joven: "Santiago debe aparecer. Y debe aparecer con vida".

El hermano del joven hizo pública una carta en la que reclama por la aparición con vida de Santiago: 

Hace casi una semana, tras la represión a los manifestantes en la comunidad Lof de Cushamen, la vida de toda mi familia cambió por completo: no vivimos, no podemos, no tenemos noticias de mi hermano, ni respuestas de las Fuerzas que apaleaban, disparaban y arrastraban todo lo que tenían enfrente, mujeres, niños… Y Santiago.

De visita en Chubut, se había quedado a dormir en el acampe para expresar su apoyo a los mapuches, que estaban exigiendo la liberación de su dirigente Facundo Jones Huala, preso político. Pero no, rectificando algo que muchos medios informaron, mi hermano no forma parte de ninguna agrupación de pueblos originarios, aunque siempre se muestre dispuesto a colaborar con distintas causas, frente a la ausencia del Estado. O sus abruptas irrupciones. Pues el martes, cuando la Gendarmería Nacional detonó un desalojo violento, muchas familias se resguardaron detrás de unos sauces, al costado del río que cruza los Andes. Allí, algunos intentaron salvarse de las balas, cruzando ese caudal de agua, entre la dificultad de las ramas. Santi no cruzó. Y el rastrillaje de la Prefectura ya lo confirmó.

Los gendarmes lo rodearon, lo golpearon y lo subieron a una camioneta.
No sabemos nada más.

El viernes presentamos un hábeas corpus en Bariloche, Esquel y El Bolsón. Recién entonces, el juez Otranto empezó la búsqueda, después de 84 horas sin hacer nada de nada. Y sí, se pueden lavar las manos diciendo que no se lo han llevado, pero la Gendarmería será responsable de lo que haya pasado. Santiago no se perdió, ni se esfumó por arte de magia. No se trata de una persona extraviada. Se trata de una desaparición forzada. Pero no vamos a esperarlo de brazos cruzados. Mañana, desde todos los rincones del país, marcharemos para exigir que nos digan dónde está, mientras lo buscamos nosotros mismos, sin descansar ni un minuto. Sólo para eso escribo estas líneas, para pedirles con este grito desesperado que, por favor, nos acompañen en cada ruta, en cada plaza, en cada avenida: tiene que aparecer mi hermano.

Y tiene que aparecer con vida.

Niegan la detención

Entretanto, la Fiscalía de Esquel publicó un documento en el que niega que la Gendarmería Nacional haya detenido a Santiago.