Veneno

Glifosato: ¿Por qué plantan peces en el río Quequén?

El Río Quequén riega millones de hectáreas donde agrotóxicos como el glifosato son aplicados a mansalva para mejorar los rindes de los campos. En ese sentido, con el glifosato filtrandose a los cursos de agua y las napas, la necesidad de repoblar de peces el río excede la mera cuestión deportiva.
sábado, 4 de enero de 2014 · 14:48
NECOCHEA (Cuatro Vientos) - Esta mañana el diario Ecos Diarios, reconocido defensor del uso del veneno agrotóxico glifosato, publicó un reporte en el que revela la existencia de nuevas especies en el Río Quequén y no duda en asegurar que "en general, se indicó que el ecosistema del río no se ha modificado".

El diario menciona que existió una pérdida de pejerreyes durante la última inundación y que "de todas maneras, desde la Estación de Piscicultura se realizan siembras periódicas de esta especie. 'Esta temporada ya sembramos 400 mil ejemplares de pejerreyes', explicó el técnico en Acuicultura (Pablo Celli), destacando que 'nos  envían desde la Estación de Chascomús y ni bien nacen los sembramos porque tienen más posibilidades de sobrevivir'".

Pero, ¿esa es la verdadera causa por la que se siembran pejerreyes en el río Ququén?

Lo que no menciona el defensor de los agroquímicos a ultranza, es la cantidad de estudios que revelan la alta toxicidad del glifosato, las mentiras de los productores de agroquímicos y los recientes descubrimientos acerca de la filtración de este veneno en los cauces de agua dulce. En ese marco, la mera idea del "odio" a Monsanto que argumentaba Gastón Fernández Palma, presidente de Maizar, para Ecos Diarios el pasado 22 de diciembre, es tan tribunera como la crítica que hace a los detractores de la corporación estadounidense, responsable de numerosos venenos producidos a lo largo del último siglo, como el Agente Naranja o el policloruro de bifenilo (PCB).

Ya en 2010, veintiún expertos provenientes de distintas disciplinas científicas se encargaron de elaborar unas 227 páginas del informe que la Universidad Nacional del Litoral (UNL) presentó en tiempo y forma ante el Juzgado Civil y Comercial de Distrito número 11 de la ciudad de San Jorge, que había solicitado a la casa de estudios –a instancias de la Sala II de la Cámara de Apelaciones en lo Civil y Comercial de Santa Fe– que se expida sobre la toxicidad del glifosato.

El trabajo, que fue presentado ante las autoridades respectivas, se basó en resultados de los últimos trabajos científicos publicados en torno al tema, considerando aspectos toxicológicos, efectos en el ambiente (especialmente sobre la fauna acuática), en alimentos y en la salud humana; e incluyendo sobre el final un apartado que hace especial hincapié en los procesos de atenuación y remediación relacionados con el glifosato.

"No existen agroquímicos inocuos”, comienza diciendo la primera de las diez conclusiones del escrito, y continúa: "El mayor o menor riesgo para las personas y el ambiente está relacionado con el conjunto de medidas y precauciones a todo nivel que se toman para minimizarlo o mantenerlo bajo condiciones aceptables para la salud y la preservación del ambiente”

En este sentido, los investigadores avanzan afirmando que "para que un producto químico sea tóxico y afecte la salud humana y/o ambiental tiene que estar presente en una concentración” determinada y durante un tiempo dado (a esto se le llama exposición), por lo que la seguridad está dada –afirman- en "la forma de aplicación” y depende "del conjunto de medidas que aseguran el uso adecuado, regulado y controlado del mismo”. 

En el documento los investigadores citaron más de 300 estudios científicos recientes, entre los que se encuentran trabajos realizados por investigadores de la UNL y de otras instituciones de todo el mundo. 

El trabajo distingue aquellos formulados comerciales de glifosato que contienen el surfactante POEA (o polioxietilamina, una sustancia química que acompaña algunos formulados) de aquellos que no lo tienen, concluyendo que los primeros son "más tóxicos” que los segundos. No obstante, en ambos casos los estudios coinciden en que "numerosas especies de algas, invertebrados, peces, anfibios y reptiles de nuestra región serían sensibles a los niveles de uso de los formulados comerciales con glifosato”. 

Esa "sensibilidad” estaría demostrada en cambios en el desarrollo y la reproducción de las especies, alteraciones en el metabolismo y genotoxicidad, es decir, la capacidad de ocasionar daños o mutaciones a nivel celular. "Estos efectos tendrían la capacidad de provocar cambios en las estructuras tróficas de las comunidades, alterando los ciclos de la materia y el flujo de energía de los ecosistemas acuáticos continentales”, dice el trabajo.

Por otro lado, señalaron que el glifosato "ha sido recientemente clasificado como perturbador endócrino” -tal como se llama a aquellas sustancias químicas capaces de modificar la acción de las hormonas endógenas-, aun en bajas dosis. "En este sentido –dice el trabajo- es imprescindible continuar con las evaluaciones experimentales y analizar las consecuencias de la exposición a glifosato en bajas dosis con diferentes modelos animales y en diferentes condiciones fisiológicas”.

El estudio de la Universidad del Litoral, que ya reconocía abiertamente la toxicidad del glifosato (por eso se lo menciona como un 'agrotóxico'), no incluye posteriores publicaciones como las del US Geological Survey, una oficina del gobierno de Estados Unidos que realiza periódicos estudios sobre la geología y geografía del medio ambiente en el país del norte.

El estudio revela que se encontraron numerosas filtraciones de glifosato en napas de agua y cursos de ríos por distintas zonas agrícolas de Estados Unidos. La revelación, de la que no se hicieron eco los medios locales (en una zona donde lamentablemente los agroquímicos representan parte estructural de la economía local), es claramente extrapolable con la situación del Río Quequén.

El río Quequén baña con sus aguas zonas de la provincia de Buenos Aires donde se aplican cantidades ingentes de agrotóxicos en busca de mejorar los rindes de cada cosecha. Quizá esa cantidad de veneno filtrada en el agua tenga algo que ver con la necesidad de estar criando artificialmente pejerreyes en el río.

Salud humana

Los efectos del glifosato están demostrados en estudios científicos realizados con animales y con cultivos de células humanas "in vitro”. 

En 2010, año en que se expuso el documento, los expertos aseguraron que "la asociación entre exposición a glifosato en seres humanos y diversas patologías presentan asociaciones débiles y raramente significativas” y enfatiza: "No hay estudios que correlacionen valores de glifosato en muestras biológicas de humanos y su relación con las patologías”. 

Posteriormente, los estudios llegaron.

En junio de 2013, por primera vez una investigación corroboró que el glifosato es tóxico y provoca efectos devastadores en embriones. 

Según publicó Télam, una investigación del Laboratorio de Embriología Molecular del Conicet-UBA, perteneciente a la Facultad de Medicina, confirmó que el glifosato, el químico fundamental utilizado en la industria sojera, es altamente tóxico y provoca efectos devastadores en embriones.

Según Página/12, era la primera vez que una investigación científica de laboratorio corroboraba lo que las comunidades indígenas y los movimientos campesinos vienen denunciando desde hace una década.

El estudio, realizado con dosis hasta 1500 veces inferiores a las utilizadas en las fumigaciones sojeras, comprobó trastornos intestinales y cardíacos, malformaciones y alteraciones neuronales.

"Concentraciones ínfimas de glifosato, respecto de las usadas en agricultura, son capaces de producir efectos negativos en la morfología del embrión, sugiriendo la posibilidad de que se estén interfiriendo mecanismos normales del desarrollo embrionario”, subraya el trabajo, que también hace hincapié en la urgente necesidad de limitar el uso del agrotóxico e investigar sus consecuencias en el largo plazo.

El herbicida más utilizado a base de glifosato se comercializa bajo el nombre de Roundup, de la compañía Monsanto, líder mundial de los agronegocios.

El Quequén protegido por ley

En junio del 2001 la Provincia de Buenos Aires declaró a la Cuenca del Quequén-salado como "Paisaje Protegido de Interés Provincial" y establece el deber de las autoridades municipales de ejercer "los controles necesarios en sus respectivas jurisdicciones".

Uno de los ítems a tener en cuenta, según la ley, es el del "uso de agroquímicos y pesticidas contaminantes". 

Acá está toda la ley completa:

El Senado y la Cámara de Diputados de la provincia de Buenos Aires sancionan con fuerza de ley:

Art. 1.‑ Declárase Paisaje Protegido de Interés Provincial a la Cuenca del Río Quequén‑Salado, desde su nacimiento en el partido de Gonzales Chaves hasta su desembocadura en el Mar Argentino, sus afluentes Arroyos Indio Rico y Pillahuincó, ambos desde su nacimiento en el partido de Coronel Pringles, y a la Villa Balnearia Marisol.

Art. 2.‑ La presente declaración tiene como objeto conservar el Río Quequén‑Salado y sus afluentes como recursos hídricos libres de contaminación y proteger la integridad del paisaje de su área de influencia, así como a la Villa Balnearia Marisol, manteniendo sus condiciones actuales.

Art. 3.‑ Las autoridades municipales arbitrarán los medios y ejercerán los controles necesarios en sus respectivas jurisdicciones y las autoridades provinciales brindarán el asesoramiento técnico necesario para la consecución de los fines previstos en la presente ley.

Art. 4.‑ Toda modificación al régimen parcelario, así como la realización de toda obra pública o privada, deberá ser aprobada por la autoridad municipal correspondiente, previa presentación de la parte interesada de una evaluación del impacto ambiental. Dicha evaluación deberá contemplar que la obra no altere las condiciones del río, sus afluentes y la Villa Balnearia, ni las características del paisaje, ni de su fauna, ni de su flora autóctona.

Art. 5.‑ La reglamentación establecerá el procedimiento y requisitos de la evaluación de impacto ambiental, teniendo especialmente en consideración:

a) La realización de loteos, parcelación y división de tierras.

b) La instalación de establecimientos industriales y/o comerciales.

c) El uso de agroquímicos y pesticidas contaminantes.

d) El vuelco de efluentes cloacales, industriales y domésticos sobre el río.

e) La realización de canalizaciones.

f) El uso extractivo del suelo.

g) Toda otra actividad que tienda a perturbar los fines específicos tutelados en la presente ley.

Art. 6.‑ Deberá considerarse nula toda autorización que no cumpla estrictamente con la evaluación ambiental que acredite el cumplimiento de los fines conservacionistas de la zona.

Art. 7.‑ El Poder Ejecutivo deberá reglamentar la presente ley dentro del plazo de sesenta (60) días desde su promulgación.

Art. 8.‑ Comuníquese al Poder Ejecutivo.

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