Conflicto en Aceiteros: Giuliano cerró la sede a los afiliados
Trabajadores aceiteros denunciaron que el secretario general Alfredo Giuliano cambió las cerraduras de la sede y cierra el acceso a los afiliados. Giuliano se niega a llamar a elecciones a pesar de la resolución del Minisiterio de Trabajo.
El conflicto interno en Aceiteros mostró un nuevo capítulo esta semana, cuando parte de la Comisión Directiva denunció a la facción minoritaria de haber cambiado las cerraduras de la sede de la institución en Quequén, en un intento de ir cerrando el espacio.
El cambio de cerraduras intempestivo que se hizo en la sede de los Aceiteros en calle 548 en Quequén encendió las alarmas
En resumen, la situación es simple: la mayoría de la comisión directiva presentó su renuncia esperando que Alfredo Giuliano llamara a elecciones. En cambio, Giuliano mantuvo su mandato como si nada y la comisión mantuvo un prolongado acantonamiento en la sede durante más de dos meses hasta llegar a una huelga de hambre en el ingreso de la planta de Cargill en Quequén. La situación forzó al Minisiterio de Trabajo para que resuelva que Giuliano llame a elecciones, algo que Giuliano de cualquier modo no hace.
Ahora los trabajadores temen que la estrategia del secretario general sea prolongar la situación para que el ministerio intervenga el sindicato.
Al cambio de cerraduras se sumaron las recientes declaraciones mediáticas de Giuliano que, según los trabajadores, llamaban a los afiliados a expulsar del sindicato a la mayoría de la comisión directiva para que de esa forma sí se convoque a elecciones.
"Giuliano llegó a argumentar cualquier barbaridad como el hechod e que tenía que echarnos la gente para llamar a elecciones extorsionando a los afiliados publicamente y de esta manera que no podamos competir en las elecciones", dijo a Cuatro Vientos el secretario gremial del sindicato Sebastián Scott. "Esto llega a cualquier límite cuando el tiene una obligación por su función: no puede decir que va a llamar a elecciones a cambio de que los trabajadores nos expulsen", agregó.
Ahora el cambio de cerradura de la sede preocupó a la comisión, que puso a disposición de Giuliano las llaves de la sede y un vehículo de la institución. "Lo que nos deja sin palabras es el desentendimiento de Giuliano con sus obligaciones y lo perverso del sistema cuando una persona como estas se puede jactar del poder político que lo apaña y no le interesa más nada que mantenerse en el poder a costa de cualquier precio", sostuvo Scott.
Por lo pronto, los aceiteros temen que los movimientos de Giuliano solo apunten a dar paso a una intervención del Ministerio de Trabajo para regularizar la situación compulsivamente y en los tiempos del gobierno.
