Operación "Limpien Todo" en Necochea: ¿Sale canje de basurero por Casino?

domingo, 25 de septiembre de 2022 · 11:53

La posibilidad encendió algunas alertas en la semana: la imposible perspectiva que tiene la gestión municipal para conseguir financiamiento de cara al próximo año electoral ha hecho que en el Ejecutivo comiencen a analizarse todas las posibilidades que le permitan obtener algo de "aire" para que el intendente termine su mandato sin perder en el camino lo que le queda de apoyo y una de ellas podría ser un canje muy particular.

Es que en su carrera adelantada para la reelección, que lanzó casi dos años antes que el resto de los posibles competidores, a principios de este año, Rojas y su equipo no han parado de delimitar la cancha, deslindando responsabilidades sobre casi todo y cargando las tintas contra el gobierno provincial y nacional. Cada cosa que sale mal o que no se puede hacer es culpa de la provincia, mientras que cada cosa que se hace, es pleno mérito de "gestiones" del intendente.

Ese discurso de doble vara, sostenido por una propaganda repitente, apunta a convencer a un electorado, más no aporta en nada a nutrir el vínculo con otros estamentos del Estado, lo que deviene en una desfinanciación gradual que ya muestra su peor cara en el distrito, con casi todas los trabajos importantes completamente paralizados.

Así las cosas, la versión circulante no deja de ser un rumor, aunque causó cierta preocupación en vistas de las prácticas que ha impuesto la gestión Rojas cada vez que quiso impulsar iniciativas impopulares de manera "express". Según la versión, el Ejecutivo tendría en carpeta la posibilidad de "canjear" la deuda que el municipio acumula sobre el concesionario de la basura por la titularidad del Complejo Casino.

La hipótesis sostiene la idea que se trabajaría en alguna clase de mecanismo legal para transferir el inmueble del Casino a cambio del pago de la deuda que mantiene el municipio hace décadas por una disposición final de basura que el concesionario nunca hizo según el contrato. El problema del basurero tiene un importante (y avanzado) juicio pendiente en el que el dueño de los terrenos donde está instalado reclama por el daño que produjo la acumulación de basura sin ninguna clase de tratamiento, algo que ya ha probado judicialmente que está causando un daño que afecta a toda la ciudad. La empresa no hizo la disposición final aunque la deuda que se cuenta en miles de millones de pesos sigue siendo reclamada.

El secretario a dos bandas

Sin dudas más que el cuidado del medio ambiente, lo que hay por detrás en el tema de la basura es la intención del Ejecutivo de obtener recursos de alguna manera y, a la vez, cerrar una etapa que podría complicar a algunos de sus funcionarios. Esta gestión se ha caracterizado precisamente por dejar de lado la cuestión ambiental promoviendo construcciones destructivas sobre las costas; extrayendo árboles sanos del parque para hacer leña, destruyendo pastizales en el Río Quequén en nombre de la limpieza y otra serie de estropicios ocultos por su aparato de propaganda. En la realidad, que la gestión intente impostar preocupación por el medio ambiente con el tema de la basura es hilarante para cualquiera realmente abocado al asunto.

En el camino, la actuación del actual secretario de Legal y Técnica del municipio, Ernesto Povilaitis, no puede ser desestimada: el funcionario tiene estrechos vínculos con la empresa concesionaria y se desempeñó como representante legal del grupo económico que la conforma. A la vez, fue parte fundamental del armado del contrato actualmente vigente, cuando José Luis Vidal gobernaba de manera interina el distrito y renovó la concesión sobre el final de su interinato.

Aunque se sospecha, se desconoce si hubieron irregularidades en la formación de los contratos y las huellas dactilares de Povilaitis están impresas en todo el asunto, lo que sería un importante motivo de urgencia para imponer un cierre definitivo a esta etapa, algo que la gestión Rojas ya hizo con el ENTUR, donde las huellas de algunos funcionarios de la actualidad estaban  impresas para la contratación de escenarios con sobreprecios y se dispuso el desmantelamiento del Ente para eliminar los rastros.

Como el intento de venta express y de manera inconsulta del Complejo Casino se cayó en 2020, principalmente porque en el apuro la Municipalidad intentó vender terrenos sobre los que ni siquiera había obtenido la titularidad, tratando así de colocar una usucapión a un oferente que descubrió la maniobra y retiró su oferta; el cambio de estrategia vinculado al "canje" cobra cierta verosimilitud que luego habrá que ver si es aplicable en la realidad.

Además del fracaso con el Casino, lo cierto es que Povilaitis deja bastante que desear en sus funciones, dado que tampoco logró avanzar en su estrategia para entregar parte del parque para que un club amigo de la gestión instale coquetas canchas de tenis en parte del Vivero Municipal. La impericia del abogado de la Comuna acaba de quedar una vez más de manifiesto con la decisión reciente de la jueza Mariana Jimenez de mantener el amparo que detuvo el intento, percibido por los vecinos como un auténtico robo de guantes blancos. 

Ahora esta idea del posible canje flota en el aire sostenida por un antecedente reciente en el que el gobierno de Facundo López barajó la posibilidad de usar el complejo como garantía de pago precisamente a la empresa recolectora de basura con la que el actual secretario de Legal y Técnica de la gestión Rojas tiene tantos vínculos históricos. De hecho, en 2019, cuando se mencionó la posibilidad, los propios medios opositores (hoy ultraoficialistas) promovieron la negativa a la idea que en la actualidad, con Arturo Rojas en la intendencia, no les parecería tan descabellada.

Para ello, y siempre según la hipótesis que disparó las alarmas, la próxima sesión del HCD en La Dulce cumpliría un rol fundamental: el proyecto de canje podría ser presentado sobre tablas para forzar un tratamiento que sólo necesitaría de 2/3 de los votos para tener curso. Lejos de Necochea, sin mayor oposición, el oficialismo cuenta con sus propios votos más los de sus aliados y algún circunstancial apoyo extra en caso de querer imponer alguna votación que abra el camino o de un primer paso para habilitar el "canje". Además, no sería la primera vez que la gestión Rojas introduce un tema importante "por la ventana" y sin previo aviso, imponiendo su aprobación como fue en el caso del intento de entrega de parte del Vivero.

Huellas radicales

Recientemente el ex intendente Daniel Molina celebró un inusitado encuentro con el actual jefe comunal, Arturo Rojas, para recibir una placa por el aniversario de los 19 años que se cumplieron desde la asunción del radical al frente de la Comuna. El acto fue la excusa para conversar de diferentes temas, entre ellos, la basura.

Recientemente la Comuna propagandizó un inusitado encuentro entre Rojas y Molina

Aunque las declaraciones posteriores al encuentro fueron genéricas y protocolares, en lo coloquial el tema de la basura puede haber sido uno de los ejes centrales. Después de todo, no son sólo las huellas dactilares del secretario Povilaitis las que están impresas en el tema de la basura en la ciudad y si comienzan a desempolvarse los expedientes, el mandato radical está al comienzo de esta parte del problema. De hecho, en 2020 el intendente Rojas hablaba de Emergencia ambiental prolongada desde hace 20 años, coincidiendo precisamente con el mandato radical iniciado en 2003.

Como para coronar la situación, la decisión de llevar la próxima sesión del Concejo Deliberante a La Dulce no ha tenido mayor explicación y el tratamiento de un nuevo e impopular aumento del boleto de colectivos era la razón con la que se especulaba para explicar la decisión del traslado. Con la posibilidad latente de que se intente forzar una vez más un "canje" del Casino por la deuda de la basura, el traslado de la sesión cobra mayor sentido, algo que no sería de extrañar para una gestión que ha hecho de la desinformación y las prácticas capciosas una forma de comunicar e imponer su voluntad, siempre al filo de una legalidad debatible y una tesitura moral maleable según las circunstancias.  

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