Milei promueve la violencia sobre las mujeres y una candidata de Necochea lo sufrió en carne propia

El modelo del gobierno nacional, abocado a la agresión sistemática a diferentes sectores, busca llevar la atención mediática y de la población a cuestiones de escándalo que mantengan la agenda lo más alejado posible del evidente fracaso que está teniendo su programa: más allá de unos índices de inflación que han mostrado cierta contención en los últimos meses, eso es lo único que puede mostrar como mérito la gestión libertariana, lo que resulta demasiado poco para el creciente malestar en el país.

Y parte de todo ese movimiento distractivo es la sucesión de denuncias penales compulsivas contra una ingente cantidad de periodistas de todo el arco ideológico disponible (desde Roberto Navarro y Ari Lijalad a Viviana Canosa y Carlos Pagni) y los ataques con trolls en redes (avalados vía retweets compulsivos del presidente), que gradualmente y sin venir a cuento, han subido el tono pisoteando cualquier atisbo de institucionalidad en el manejo del poder por parte del dictador libertario.

Este fin de semana los ataques del presidente fueron completamente irracionales y en cualquier otro país hubiera llamado la atención notablemente: en venganza por una declaración desafortunada que tuvo lugar hace años, el presidente y un importante aparato de trolls financiados desde la SIDE lanzaron toneladas de tweets burlándose de la periodista a través de un video sexual falso hecho con inteligencia artificial. La violencia del presidente tiene mayor virulencia contra las mujeres (recordar el caso de Lali Espósito) dado que el escándalo que provoca genera más escándalo que los ataques a varones.

En ese esquema es que las actitudes del presidente son una suerte de permiso que habilita que sus seguidores cometan toda clase de tropelías: si es el jefe de la organización el que públicamente insulta a todo dios desde la posición de poder que da su investidura, ¿qué queda para los modales y los reparos de sus seguidores?

La respuesta se encuentra en las redes sociales, donde a todo nivel los partidarios del gobierno parecen leer los insultos de Milei como una suerte de permiso para atacar a todos aquellos que entren en el rango de fuego según el desquiciado plan libertariano: cualquier mujer empoderada, periodistas reconocidos, candidatas y otros referentes están recibiendo ataques de trolls financiados con dinero público que desde La Libertad Avanza califican cínicamente como "militancia digital". Su delito: criticar la gestión de gobierno o, cuanto menos, observar los evidentes desarreglos que está causando su política.

En Necochea los "militantes" anónimos y trolls ya han decidido atacar a los medios locales y Cuatro Vientos ha sido particularmente acosado por las tropas digitales libertarianas. Tras los primeros ataques contenidos, la tropa digital libertariana encaró contra la oposición y, como no podía ser de otra forma, se ensañaron con una mujer, crítica del gobierno, y que osó comentar públicamente la condena a Cristina Kirchner.

Flavia Scaglia, quien actualmente aspira a una candidatura a concejal con el PJ, concedió hace unos días una entrevista a Ecos Radio en la que se refirió a la condena contra Cristina Kirchner y llamando a la unidad del movimiento peronista. Por sól mopinar, en las redes sociales cientos de comentarios (muchos de usuarios anónimos) lanzaron insultos y acusaciones de todo tipo contra Scaglia, revelando que la militancia de Milei no tiene más propuestas que los ataques reaccionarios a todo aquel que no se ajusta en un 100% a su relato.

En vistas de los ataques descarnados, la pareja de Scaglia, el periodista Maximiliano Caloni, escribió un posteo en Facebook sobre el odio en las redes refiriéndose al episodio:

EL ODIO EN LAS REDES

No soy un asiduo escritor de redes sociales, pero creo que lo que pasó en estos últimos días merece algo que decir… O, al menos, un pequeño análisis de lo que siento al respecto… Mi compañera @fsca.glia es militante política desde hace más de 18 años, lo cual me genera un fuerte orgullo. Pero no puedo creer lo que sucede en estos medios (las redes) con respecto a lo que cada uno expresa.

Creo entender que todo el mundo es libre de expresar su idea, deseo, sentimiento o lo que fuera respecto a lo que quiera. Pero, ¿por qué aquellos que no piensan de la misma manera deben descalificarlo? Digo… Flavia se acercó hasta Ecos Radio a hacer una nota con mis colegas Hugo Möller y Gustavo Nicolás donde mostró su opinión sobre lo sucedido con Cristina Fernández de Kirchner y su pensamiento sobre el peronismo local y, incluso, se animó a lo que no muchos se animan: criticar las cosas que entiende que están mal en la ciudad.

Pero ese posteo realizado por las cuentas de Ecos Diarios sirvió para que un montón de gente, mucha de la cual no conocemos y que se escudan en el anonimato de las redes obviamente, la insulten, la agredan y la descalifiquen sin, obviamente, conocerla. El gran rol de la democracia, por suerte, es poder pensar distinto, expresarnos de forma libre y, aún así, entre todos construir una sociedad mejor.

¿Qué sociedad nos espera, entonces, si ante un pensamiento distinto al nuestro lo único que sabemos hacer es descalificarlo, atacarlo y acusarlo de cuanta barbaridad se nos venga a la mente? Yo, y quiero creer que la gran mayoría de la gente de esta ciudad, no debe querer eso para sus hijos, sobrinos, nietos, etc…. ¿no?

Como lo dije antes, estoy muy orgulloso de la militancia de Fla, de sus convicciones y de la fortaleza que tiene para aguantar esa cantidad de pelotudeces (no tengo otra palabra mejor para describirlo) que cualquiera comentó durante las últimas horas…

Como dato saliente, aparentemente como no les gustó a quienes escribieron (hombres y mujeres por igual) su opinión, entonces qué mejor que cancelarla: se tomaron el tiempo de buscar sus redes y denunciarla, para que de esa forma ella no tuviera acceso a Facebook e Instagram…