Cuáles son y cómo reconocer las modalidades de estafas más usadas por los delincuentes en Necochea

Si bien las estafas convivieron con el ser humano desde los inicios de los tiempos, en la actualidad, es indiscutible que, en el contexto moderno, con canales de comunicación a través de medios digitales que cobraron un protagonismo mucho mayor en la pandemia, las modalidades de los fraudes se fueron perfeccionando.

Perfiles falsos en redes sociales que envían mensajes directos, llamadas telefónicas, mensajes de texto o de WhatsApp y otras aplicaciones de mensajería, además de correos electrónicos engañosos para obtener datos personales y bancarios, son algunas de las maneras que los delincuentes “digitales” utilizan para engañar.

Por otro lado, los largos meses de confinamiento por el Covid-19, consolidaron el comercio electrónico y en paralelo avanzaron las estafas con nuevas amenazas para los usuarios.

Los estafadores están atentos a todo cambio del comportamiento social para solidificar sus sistemas de engaños. Los cibercriminales modifican sus tretas y sostienen una modalidad mientras esa herramienta se mantiene en las sombras.

En estos días, tres modalidades son las más utilizadas en Necochea y la zona, dos tienen que ver con ventas en las redes sociales y la restante es la denominada “sextorsión”.

Cómo son las maniobras en las ventas en las redes

DEBIN

Una de las maneras en las que más necochenses fueron engañados y robados ocurre cuando la victima publica algo para la venta en las redes sociales y luego es contactada por un comprador.

El cibercriminal que quiere comprar el producto o servicio solicita un CBU bancario para hacer el pago mediante una transferencia. Posteriormente le dice al vendedor que ya le hizo el depósito y que el vendedor debe aceptarlo. En este último punto, el delincuente le indica que para aceptarlo debe ingresar en la opción “pagos DEBIN” y luego “aceptación DEBIN”.

A partir de ese momento el falso comprador podrá retirar de la cuenta del vendedor el valor de lo que debería haber pagado por lo que supuestamente compró

El DEBIN admite pagos en pesos o en dólares, entre cuentas de igual moneda. A diferencia de las transferencias comunes, la otra parte no debe ser incorporada previamente y basta con pedirle su nombre de cuenta (Alias CBU), sin agregar otros datos como el DNI o el CUIT. También permite programar, para cobros recurrentes, la aceptación automática de pedidos futuros hechos desde ciertas cuentas, con fechas y topes fijados.

Homebanking

El otro modo también necesita de un contacto entre el vendedor de un producto o servicio y un falso comprador. La victima publica algo para la venta en una red social y es contactada por un comprador.

Posteriormente, el comprador le solicita el CBU de la cuenta del vendedor con la excusa de transferir el dinero por la compra y luego, le pide que vaya a un cajero automático con la excusa de que se equivocó y le pagó de más.

Cuando el vendedor está en el cajero automático el estafador le pide que imprima un ticket del cajero donde figure el usuario y contraseña de homebanking y que se lo envíe.

A partir de este momento el comprador tiene total acceso directo a la cuenta pudiendo disponer del dinero del vendedor o sacar créditos a su nombre.

Estafas sexuales

En este caso, habitualmente los estafados son hombres que reciben una nueva solicitud de amistad cuya foto de perfil suele ser una mujer atractiva, que sin mediar palabra y sin tener aparentes amigos en común, quiere establecer contacto con la víctima.

Al momento de aceptar la solicitud de amistad, los estafadores tardan muy poco en abrir un chat privado para entablar una conversación e intentar ganar confianza.

El próximo paso es una conversación subida de tono y la persona desde el perfil falso envía fotografías de índole sexual. Posteriormente, el estafador solicita al engañado que también le mande ese tipo de fotografías.  En algunos casos la proposición es conectar la cámara web para una sesión de sexting.

Días después, la víctima recibe el mensaje de un supuesto padre del o la joven, o autoridad policial o judicial, recriminándole la gravedad de su conducta, diciéndole que se había comunicado con una menor de edad y  que cometió un delito.

A partir de ese momento comienza la extorción: el delincuente le pide pagos para evitar ser escrachado en las redes sociales o para evitar una causa penal.

En este caso, ningún funcionario judicial o policial es quien interviene en esta maniobra.

Hacé la denuncia 

Si fuiste víctima de un posible delito informático, no borres, destruyas, o modifiques la información que tenés en tu computadora, equipo móvil, celular, etc, relacionada al hecho.

Recordá que mantener la evidencia sin alteraciones es importante a los fines de cualquier acción judicial que pudiera iniciarse.

Hacé la denuncia ante la dependencia policial más cercana a su domicilio (comisaría de tu barrio en cualquier lugar del país) o al fiscal en cibercrimen de la Procuración General de la Nación, Dr. Horacio Azzolin, cibercrimen@mpf.gov.ar, teléfono de contacto, 6089-9000, interno N° 9266.